Ya ha llegado el otoño, todos hemos vuelto a nuestras rutinas de trabajo/estudios, etc. y sólo queda tiempo para cocinar algo con fundamento los fines de semana. Así que hoy traigo un plato riquísimo que cunde para toda la familia y seguro que además os podéis llevar un trocito sobrante para almorzar al trabajo. La combinación de carne de cordero especiada con canela, la bechamel casera y las berenjenas gustarán a todos los de casa.
Ingredientes:
2 berenjenas grandes
0,5 kg de carne picada de cordero (yo cogí una pierna)
1 cebolla
2 dientes de ajo
1 tomate
5 cucharadas de tomate frito
0,5 cucharaditas de canela
1 cucharada de orégano
1 pizca de comino
Sal y pimienta
Aceite de oliva virgen
Medio paquete de queso feta
Ingredientes para la bechamel:
25 gr de mantequilla
Medio vaso de harina
Un vaso y medio de leche
Queso para gratinar
Sal, pimienta y una pizca de nuez moscada molida
Preparación:
Empezamos cortando lonchas finas de berenjenas, yo las hice longitudinalmente, y ponemos sobre una bandeja de horno, salamos y rociamos con un poco de aceite de oliva. Metemos al horno a 200ºC unos 20 minutos.
Mientras tanto, picamos finos la cebolla, los ajos y el tomate. Echamos la cebolla y los ajos a una sartén grande con aceite de oliva ya caliente, freímos hasta obtener un color dorado a fuego fuerte y añadimos la carne picada, removiendo bien para que esta se quede suelta. El cordero tiene mucho jugo, por eso hay que mantener el fuego fuerte. Cuando pierda el color rosa, añadimos la canela, la sal, la pimienta y el orégano. El comino es opcional, pero yo lo pongo siempre que hago platos de cordero.
Agregamos el tomate en dados y el frito y seguimos removiendo bien. Cuando se evapore el líquido innecesario bajamos el fuego y dejamos que se espese la salsa y se enriquezcan los sabores unos 10 minutos más tapando la sartén.
En ese tiempo hacemos la bechamel: fundimos la mantequilla, añadimos harina y removemos bien hasta que adquieran un color un poco más tostado, así la bechamel no sabrá a harina cruda. Ojo con el fuego, no debe ser fuerte para que no se nos queme nada. Añadimos la leche templada en el microondas y removemos enérgicamente con una varilla manual o una batidora. Notaremos que se va a espesar conforme se vaya calentando, añadimos sal y una pizca de nuez moscada molida y apartamos del fuego.
Armamos la musaka: en una fuente de vidrio pintado engrasado con aceite de oliva, vestimos el fondo con las lonchas de berenjenas asadas, vertemos la mitad de la salsa de carne especiada encima, igualando la superficie con una cuchara, por encima ponemos más lonchas de berenjena y queso feta. Ahora añadimos la carne sobrante, la bechamel y el queso encima de todo. Ahora, al horno a unos 180º hasta que el queso se dore.
Disfruten de ese plato tan sabroso con vegetales frescos y algo de pan artesanal.
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