Una tarta muy sencilla de preparar para cualquier ocasión. El bizcocho sale muy esponjoso y con un intenso aroma a miel y las nueces añaden textura crujiente. Una opción ideal y económica para un cumpleaños, ya que los ingredientes que se necesitan son muy básicos y siempre están a mano.
Ingredientes:
Bizcocho:
6 huevos
2 cucharadas de miel
50 g de azúcar
190 g de harina de repostería
Cobertura:
125 g de mantequilla a temperatura ambiente
125 g de leche condensada
Nueces para decorar
Calentamos el horno a 180º. Con una batidora de varillas batimos los 6 huevos con la miel y el azúcar durante unos 10 minutos. (¡Ojo! Si la miel está muy espesa recomiendo fundirla durante apenas unos segundos en el microondas.) La masa debe quedar blanca y aumentar unas 4 veces su volumen.
Añadimos la harina tamizada y con una espátula removemos con movimientos suaves de arriba abajo. Vertemos la masa en un molde cubierto con papel de hornear por el fondo.
Horneamos aprox. 30 minutos o hasta que un palillo introducido en el bizcocho salga limpio.
Mientras se hornea el bizcocho, preparamos la crema. Batimos la mantequilla previamente sacada de la nevera hasta que no duplique su volumen, unos 5 o 7 minutos, añadimos la leche condensada.
Sólo falta enfriar el bizcocho. Recomiendo que lo dejéis en el horno abierto durante unos 15 minutos y después se debe enfriar por completo a temperatura ambiente, ya que si lo sacamos muy caliente, puede bajar.
Cortamos el bizcocho por la mitad, rellenamos con una parte de la crema, y glaseamos por fuera. Sólo falta machacar las nueces y espolvorearlas por encima de la crema o modo de decoración.